¿Cuántas veces usamos palabras en español de manera equivocada? ¿Y cuántas veces volvemos a repetir ese mismo error? Seguro que no una vez, ni dos, ni tres, incluso en ocasiones llegamos a siete o…nunca llegamos a usar bien una palabra. Normalmente estos errores son porque tenemos en la lengua española parejas de palabras que se parecen mucho fonéticamente.
Pero desde principios del mes de febrero cometer esas faltas va a ser más complicado porque José Antonio Pascual, vicedirector de la Real Academia Española, ha publicado No es lo mismo ostentoso que ostentóreo. La azarosa vida de las palabras (Espasa). Una herramienta que intenta ayudar al hablante a no hacer errores desde la ironía y el buen humor.
A continuación podéis leer algunos ejemplos que aparecen en el libro:
1. Pifia/picia
«A causa de una confusión entre dos sonidos, tenemos hoy en español dos palabras: pifia y picia.El verbo pifiar, que en principio significaba “hacer que se oiga demasiado el soplo del que toca la flauta”, desarrolló un sentido “fallar”, que se ve bien en: “La ha pifiado”, aplicado, por ejemplo, al tenista que ha fallado una jugada. De este verbo se ha derivado el sustantivo pifia “error, desacierto”. De pifia se ha terminando creando una picia en determinadas regiones españolas».
2. Líbido/livido
«Lo he oído a varias personas cultas que hablan francamente bien: se trata del empleo de la líbido, acentuada así no existe, en lugar de la libido (deseo sexual) que le corresponde, porque, tratándose de una palabra que no es de uso corriente, se contamina por el adjetivo lívido(con dos significados: color morado, y muy pálido) , que tampoco es una voz que empleemos a menudo».
3. Enjugar/enjuagar
«He oído también cruzársele a alguien enjugar (cancelar) una deuda con enjuagarla (limpiar o lavar con agua), con el consiguiente pitorreo (reirse de alguien) de sus amigos».
4. Formica/fornica
«Formica, marca registrada que se refiere a madera, que un carpintero al que encargué el arreglo de un mueble cambiaba en fornica porque se le mezclaba con el verbo fornicar (que significa hacer sexo fuera del matrimonio), poco usado, pero que él había aprendido cuando le enseñaron los mandamientos de la ley de Dios».
5. Destornillarse/desternillarse
¿No habrá oído el lector alguna vez destornillarse de risa por desternillarse?, en una imagen en que se piensa que de tanto reírse a una persona se le salen los tornillos, en lugar de relacionarlo con la ternilla (cartílago).
6. Cinecólogo/ginecólogo
En el ámbito médico, se confunde cinecólogo por ginecólogo;espinal del rosal por espina dorsal; dolor asiático por dolor asmático; los oprimidos por los «comprimidos», unos opositorios por unos «supositorios».
7. Inflamación/inflación
La inflamación es el resultado de un golpe e inflación es un término relacionado con la economía que se refiere a la subida de precios dentro de un país, resultando negativo.
8. Coreografía/ecografía
No confundir la primera que se refiere a los bailes con la segunda que pertenece a la medicina y es la imagen que tenemos del interior del cuerpo.
9. Escuchar/oír
Otro error que cometen muchísimas personas: utilizar «escuchar» (prestar atención a lo que se oye) con el significado de «oír»(percibir un sonido).
10. Mirar/ver
Idéntico error que los autores que confunden mirar (enfocar la vista en un objeto) y ver (percibir un objeto).
Estos son sólo algunos de los errores más habituales en la lengua española. Hay muchos más que os invitamos a descubrir en el libro por José Manuel Pascual.

Fotografía del autor
