
Una de las marcas de identidad de España es la Iglesia y su religiosidad, y es que este país ha sido un país tradicionalmente católico. Como una lengua refleja la manera de pensar de sus hablantes, el español contiene múltiples expresiones referentes a la Iglesia y a la religión católica. A pesar de que hoy en día España se confiesa en su Constitución un estado aconfesional (es decir, sin ninguna religión oficial), estas siguen siendo utilizadas por gente que ni siquiera es creyente por la pura fuerza de la costumbre.
Cuando algo se hace en un santiamén, por ejemplo, es que se hace rápidamente. El origen de esta expresión santiamén se encuentra al final de las oraciones que rezaban los cristianos, cuando se hacían en latín. Estas siempre se terminaban diciendo “in nomine patris, et filii, et spiritus sancti. Amen”. Al pronunciarse rápidamente, lo más fácilmente identificable en esa expresión era el final, y de ahí surgió el santiamén.
El origen de llorar como una magdalena hace referencia a que este personaje bíblico, María Magdalena, en varias ocasiones es descrita llorando, como con las muertes de Jesucristo o de su hermano y cuando se arrepiente de sus pecados, ya que se cree que se dedicaba a la prostitución.

Pese a que fue Caín quien mató a su hermano Abel según la historia, decimos pasar las de Caín como sinónimo de que alguien lo pasó muy mal. Esto ocurre porque Caín sufrió la maldición de Dios después de matar a su hermano, según la cual debía cultivar sus tierras sin obtener frutos y caminar sin un destino para siempre, y además con una marca visible para que todos supieran al verlo el pecado que cometió.

Cuando algo ocurre de Pascuas a Ramos, es que ocurre muy de vez en cuando. La expresión alude a la fiesta de la Pascua de Resurrección, una semana después del Domingo de Ramos, por tanto entre estas dos fiestas hay una diferencia de casi un año.

Cuando se arma la de Dios es Cristo, imaginaos cómo debe ser el panorama. El origen se encuentra en el primer concilio de Nicea, organizado por el emperador Constantino I el Grande en el siglo IV. En él se reunieron cristianos con distintas creencias y se discutió sobre si Jesús era o no era Dios. ¡Imaginaos el alboroto que tuvieron que armar para dar origen a la expresión!
En español tenemos otras expresiones que hacen referencia a santos, como tener el baile de san Vito (una enfermedad por la que se mueve el cuerpo de una persona de forma involuntaria), armarse la de san Quintín (tener una discusión muy grande) o tener más paciencia que el santo Job (quien tuvo que sufrir mucho para demostrarle a Dios su fe).
También tenemos otras que hacen referencia a la virgen — ser un vivalavirgen es sinónimo de ser despreocupado y hacer un frío de la virgen es mucho frío— y a Cristo, como en dejar como un Cristo (de mala forma), o, cuando queremos expresar que algo está muy alejado en la distancia utilizamos expresiones como donde Cristo perdió la sandalia, la chancla, la zapatilla o hasta el mechero (hay distintas versiones, hemos hablado de algunas en nuestro artículo sobre cómo expresar distancias).
Estas son solo algunas de las expresiones más utilizadas, pero lo cierto es que el español hace referencia a Jesucristo, la virgen y Dios siempre que puede, pese a que el segundo mandamiento dice bien claramente que no se debe tomar el nombre de Dios en vano.
Imágenes:
La imagen de La Virgen María entre María Magdalena y san Juan Evangelista, cuadro de Felipe Diriksen pintado en el primer tercio del siglo XVII y conservado en el Real Monasterio de la Encarnación (Madrid) es de dominio público.
Foto del cuadro «Caín y Abel» de Adrey Mironov, de Wikimedia.
Foto Domingo de Resurrección de Tomás Quifes Correa.
Entrada publicada originalmente el 29 de julio de 2014. Revisada y actualizada el 30 de marzo de 2021.
[…] tienen un origen muy concreto y con el tiempo se hacen populares. Ya hemos hablando antes de expresiones con origen en la religión y en este artículo vamos a ver expresiones populares que han nacido en el mundo del […]