Pasar en España las vacaciones es una suerte. Sin duda. Pero además de poder ver a mi familia y amigos, tengo la oportunidad de presenciar algo maravilloso e impactante. No sólo por el lugar, entre montañas, verde y refrescante con su aire puro, no. Ver estos disfraces hechos de naturaleza es, de verdad, algo que impresiona.
Y es que este fin de semana tiene lugar el primer carnaval del año que se desarrolla en la localidad de Silió (Molledo), Cantabria (España) el primer domingo de cada año y que debido a su popularidad y tradición está declarado como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Por suerte, siempre hay mucho público pero todavía es algo tolerable. No está masificado y se puede disfrutar del pueblo y del pasacalles sin muchos problemas, aunque cada vez más se llena todo de cámaras intentando fotografiar todos los detalles de este espectáculo.
Pero ¿qué es La vijanera?
Lo primero es saber que se trata de una fiesta muy muy antigua, muchas veces perseguida por los gobernantes o por la Iglesia o por los dos. Incluso se prohibió después de la Guerra Civil. Por suerte, desde hace unas décadas, un grupo de jóvenes lo han recuperado y ahora luchan para conservar su importancia y su significado.
Es una fiesta en la que participan alrededor de 75 personajes diferentes encarnados por más de 100 vecinos (todos varones): la madama, el mancebo, el marquesito, los trapajones o naturales, los traperos, el oso y su amo, el pasiego y la pasiega,el caballero, la Pepa o Pepona, el médico, la preñá, el húngaro y las gorilonas, el viejo y la Vieja,los danzarines blancos y negros, el caballero, la giralda, las jilonas, la zorra, el zorrocloco, el ojáncanu, los guardias, los guapos, el afilador, la pitonisa, la bruja, el diablo… Todo un acontecimiento que vale mucho la pena ver.
Eso sí, los más destacados de todos los personas son los zarramacos (conocidos también como zamarrones, nombre utilizado para designar a las cuadrillas de jóvenes guerreros de las antiguas tribus cántabras) debido a la importancia de su papel. Van vestidos con pieles de oveja y sombreros picudos además de llevar la cara pintada de negro que van ahuyentando los malos espíritus del año que comienza haciendo sonar los varios campanos que llevan atados al cuerpo.

Después de la llegada al pueblo de todos estos personajes y de su recorrido hasta los límites del mismo, llega momento de hacer crítica del año que acaba. En la plaza del pueblo se leen unas coplas que, en lenguaje popular y tono desde la broma hasta la mala leche, analizan lo sucedido en el pasado año desde lo local hasta lo internacional.

La fiesta termina con dos actos, primero se produce «la Preñá», es decir, el parto o nacimiento del nuevo año. Después llega la muerte del Oso, que simboliza la victoria del bien sobre el mal y el deseo de buenos propósitos para el nuevo año.
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Más información e imágenes:
(c) de las fotos Fermín GG excepto en las indicadas.
