
Más expresiones relacionadas con el pelo, como ya avisé anteriormente, hay muchas expresiones relacionadas con el pelo y hoy vamos a continuar con unas cuantas más.
Si quieres, claro. ¿Quieres? Pues vamos.
De nuevo la idea es ver estas frases en su contexto e intentar comprender por qué las usamos y con qué sentido. Como seguro que has leído ya la entrada anterior y no tienes un pelo de tonto/a, vas a poder aprender y usar en el futuro casi todas estas expresiones.
Y si ya estás hasta el moño, sabes que aquí en Revista Habla también puedes ver las otras entradas relacionadas con expresiones.
No sé, chica, ¿por qué no te sueltas el pelo?
Oye pequeña, ven junto a mí,
conozco una manera de hacerte feliz:
suéltate el pelo ohhh, ven y siéntate aquí.
Fuera el abrigo, ponlo por ahí,
vente conmigo y confia en mí,
yo lo que quiero ohhh es verte sonreír.
Yo lo que quiero ohhh es que tú bailes junto a mí
y te sueltes el pelo y luego, si quieres, el sujetador.
Suéltate el pelo ohhh, suéltate el pelo ohhh.
Suéltate el pelo, hazme ese favor
y baila conmigo este rock n’ roll.
Yo sólo quiero ohhh un poco de diversión.
Quítate los zapatos, fuera el pantalón,
apágalo todo menos la televisión.
Suéltate el pelo ohhh, estarás mucho mejor,
yo lo que quiero ohhh es que tú bailes junto a mí
y te sueltes el pelo y luego si quieres, el sujetador.
Suéltate el pelo ohhh, suéltate el pelo ohhh.
Me vas a dejar acariciar tu pelo, suéltate el pelo.
Yo lo que quiero ohhh es que tú bailes junto a mí
y te sueltes el pelo y luego si quieres el sujetador.
Suéltate el pelo ohhh, suéltate el pelo ohh.
Suéltate el pelo ohhh, suéltate el pelo ohhh.
Fin de la introducción musical. Vamos con la situación:
Un grupo de amigas se han reunido para charlar. Una de ellas, Victoria, está un poco estresada por cosas del trabajo.
Raquel: Tía, Vito, la verdad es que sí que se te ve mala cara.
Victoria: Jo, ¡no me digas eso encima!
Paula: Bueno, es que sí que se te nota que estás que te tiras de los pelos.
Clara: Es que, tía, hacía mucho que no te veíamos el pelo de tanto que trabajas… Y tu cara es un poema.
Victoria: Si ya, ya lo sé… Pero me da rabia. Es que no puede ser, tía.
Raquel: ¡Pero habla!
Paula: Eso ¡cuenta!
Victoria: Pues nada, si es que… estoy hasta los pelos de un compañero de trabajo.
Raquel: ¿Compañero, compañero o un jefe?
Victoria: Sí, jefe, claro. ¡Qué bien sabes cómo es en mi curro!
Paula: Ya, pero un jefe es un jefe. Se supone que está ahí por algo ¿no?
Raquel: A veces es por enchufe, así que… yo no me fiaría mucho de tu criterio, la verdad.
Victoria: No, este tiene sus méritos (dicen) pero es que a mí me parece un ejecutivo de medio pelo y punto.
Paula: ¿Te ha hecho algo?
Victoria: No, no es eso…
Raquel: Seguro que sí.
Victoria: Bueno, sí. A ver. Es que el otro día, por un error normal, aceptable y pequeño, se me cayó el pelo. El tipo este decidió echarme la bronca…
Paula: ¿Por qué?
Victoria: … delante de todos. Da igual el motivo.
Raquel: Vaya capullo.
Victoria: Pues sí, no me gustan ni un pelo esas situaciones. ¡No me gustan nada!
Paula: Jo tía, me lo imagino y se me ponen los pelos de punta.¡Qué mal rollo!
Raquel: Pero… ¿qué pasó? Porque si te echó así la bronca igual es que le molestó de verdad ¿no?
Victoria: ¿No me crees? ¡No fue nada!
Raquel: Ya, bueno, pero ¿qué tipo de «nada»? Y no, no puedes empezar con excusas, ya veo que te da vergüenza pero tienes que contarnos todo.
Victoria: Es que… Bueno… A ver: estaba cansada y al pasar unos datos, pues cambié los resultados de positivos a negativos.
Paula y Raquel: ¡Tía!
Paula: Eso es una cagada y lo sabes.
Victoria: Ya… Ya sé. Pero ahora no quiero tocarle ni un pelo de la ropa a ese tipo.
Raquel: Lo que tienes que hacer es soltarte el pelo un poco, que no te diviertes ya nunca con nosotras.
Paula: Tanta tensión te bloquea y así te luce luego el pelo.
Victoria: Bueno, aquí estamos ¿no?
Paula: Pero…
Raquel: Nada, decidido. ¡Camarero! tres gintonics por aquí.
Victoria: Ja, ja, ja. Estás loca ¿sabes?