A escasas horas del cierre de una de las semanas taurinas más peculiares de España, os invitamos a conocer a un joven que la está viviendo de una manera especial y es que el novillero Jorge Expósito ha debutado con picadores en su pueblo, Algemesí (Valencia). Hasta aquí todo normal, ¿verdad? Pero es que la plaza de toros de Algemesí tiene una forma característica que la dota de singularidad: es un cuadrilátero que se ubica entre las fachadas de los edificios que conforman la plaza Mayor y, a pesar de la complejidad de la plaza, son los propios cadafaleros –miembros de cada una de las partes de la plaza- los que se encargan de levantarla en poco más de una semana, justo desde que acaban las procesiones en honor a la Virgen de la Salud, ¿os acordáis de que ya hablamos de ellas al hablar de la Muixeranga?
Pues bien, hoy junto a Jorge Expósito vamos a conocer un poco más de cerca el día a día de un matador de toros, las dificultades de los inicios y alguna curiosidad sobre el arte de la lidia.
Si buscamos en el RAE la palabra torear nos remite directamente a la palabra lidiar, luchar con el toro incitándolo y esquivando sus acometidas hasta darle muerte. La corrida más antigua de la que se tiene noticia data del año 1080 y se celebró en Ávila para celebrar la boda del infante Sancho con la noble Urraca Flores. Es también en la Edad Media cuando aparecen el toro de fuego, los encierros, el ensogado, etc. y, como en la actualidad, estas prácticas no estaban exentas de polémica. De hecho, el rey Alfonso X El Sabio prohibió las corridas a pie a mediados del siglo XIII. Sólo los nobles pudieron torear a caballo y por placer hasta el siglo XVII. Con la Ilustración–siglo XVIII- ya se fueron fijando las normas del toreo moderno, pero se volvieron a prohibir las corridas y novilladas a partir de 1805. Fue durante la Guerra de la Independencia, en 1810, cuando el rey José I Bonaparte las volvió autorizar, pues la lidia con el toro entretenía a la población y el ganado toreado servía de avituallamiento.
Jorge me recibe sonriente, aunque no puede disimular cierta timidez que contrasta con la valentía que demuestra sobre el albero. Está contento, la tarde anterior en Xàtiva consiguió cortar una oreja y, además, se acerca el día de su debut con picadores y encima es en su pueblo. Lo cual ve como una dificultad, “te conocen todos y tus vecinos siempre esperan lo mejor de ti- pero también es un reto”.La Semana de toros de Algemesí es una de las más importantes de la Comunidad Valenciana y Jorge sabe que habrá mucha gente importante dentro de la tauromaquia española esperando que cuaje una buena faena.
Desde muy pequeño supo que quería ser torero. Su tío era cadafalero y él siempre le acompañaba y veía las novilladas desde la primera fila. Pero sus padres nunca hicieron mucho caso a esta extraña afición de su hijo, que durante su adolescencia jugaba al balonmano. Fue con 19 años y ya con cierta libertad para escoger cuando Jorge llegó un día a casa diciendo que se había inscrito en la Escuela taurina de Valencia. “La escuela es gratuita –comenta el novillero- pero los trajes, los viajes, la preparación extra… En todo ello sí has de invertir por tu cuenta, como si fueras una empresa”. A la Escuela va de 17:30 a 19:30 todos los días, pero su preparación comienza de buena mañana con una largo paseo –de unas horas- al que le acompaña su entrenador, Rafael. Y es que un matador de toros no sólo debe prepararse físicamente, sino también psicológicamente, y con Rafael a lo largo de estos paseos y de sus motivadoras charlas trabaja también esta parte de su aprendizaje. Después corre durante una hora y por la tarde, ya en la escuela, ensaya la técnica y realiza ejercicios de salón – una especie de sombra, para los que como yo estamos más acostumbrados a las artes marciales, pero recorriendo la plaza.
Me gusta oírle hablar sobre su profesión. Como Morante de la Puebla– del que le gustaría recibir la alternativa- vive el mundo del toro de una manera especial, e intenta expresarlo en la plaza. “No miras a todos los toros igual. Del mismo modo que ellos tampoco lo hacen contigo. Algunos te desafían constantemente; otros te muestran su nobleza hasta el final. Y tú, como matador sacrificas la vida por ellos, pues siempre arriesgas más cuando tienes un buen astado ante ti para darle una muerte honorable. Así le ofreces tú también lo mejor de ti: tu vida”. Habla de la vida y la muerte sin temor pero al preguntarle si se siente miedo en los momentos inmediatamente anteriores de salir al ruedo su respuesta es rotunda: sí. De hecho, afirma que sientes miedo antes, mientras y después de entrar al albero. “Hay veces que estás seguro de que el toro va a por ti. Y cuando es un compañero el que se enfrenta a la res y ves que lo embiste, casi que aún es peor porque no eres tú el que decides.” Así que como veis, dentro de este mundo que parece tan individualista también se hacen buenos amigos de quienes preocuparte.
Sus palabras sobre el miedo que se siente me recuerdan que, como en otras profesiones, en el mundo del toreo también son muchas las supersticiones y los rituales. ¿Los suyos? Rezar antes de salir a la plaza –siempre lleva sus estampitas– y santiguarse, al salir de la habitación en la que se cambian y al entrar en la plaza. Se ríe. ¡Esto es poco comparado con todo lo que ha visto! Hay quien se santigua tres veces seguidas –ni una más ni una menos-, quien en cuanto sale al ruedo debe tocar la madera, quien piensa que da mala suerte dejar la montera boca arriba o encima de la cama, etc. Me sorprende que no salga el tema de los colores –hasta algunos futbolistas evitan vestir de amarillo – ¡y eso que Moliere murió en un escenario!-, pero en el toreo ni siquiera vestir de rojo es negativo. Y es que pese a las creencias de la mayor parte de los que conocemos poco esta tradición tan española, el toro no va al color rojo. El capote podría ser de cualquier color, como me explica Jorge, y el toro seguría embistiendo igual puesto lo que reclama la atención del animal es el brillo y el movimiento del capote.
Le pregunto ya por cosas más serias y hablamos de los detractores de los toros. A pesar de su juventud, tan sólo tiene 23 años, Jorge no elude mis preguntas. A nivel personal nunca ha tenido problemas, nadie le ha recriminado nunca nada o le han despreciado por su profesión. Sus paisanos, compañeros, etc. sí le han preguntado en alguna ocasión pero siempre desde la amistad y con educación. Él, como es lógico, defiende su mundo y piensa que muchas de las polémicas actuales no son más que cuestiones políticas. ¿Toros en la calle o a la mar, capeas? Sí, pero siempre en manos de profesionales. Y es que no se trata de ponerse delante de un toro y ya. Un torero no sólo se prepara física, psicológicamente y entrena los movimientos… ¿Sabías que según la casta del toro responderá de una manera u otra? Pues sí, así que como cualquier otro deportista el matador de toros también debe estudiar los posibles movimientos del “contrario” para ir un pasito por delante y que podamos ver todo su arte.
A pesar de la dificultad que entraña torear en una plaza cuadrada –“es más fácil desorientarse”- le deseamos a Jorge que el domingo, al cerrar esta Semana taurina que él mismo abrió el sábado pasado, pueda de nuevo desplegar todo su arte, que siga siendo el torero que “busca la perfección y la pureza en sus muletazos” y por supuesto, que se sienta tan arropado por sus paisanos que sea capaz de cortar orejas, rabo y, por supuesto, salir a hombros. Gracias por tu cordialidad, simpatía y tiempo y… ¡Suerte maestro!
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Vocabulario:
novillero: lidiador de novillos.
novillo: res de dos o tres años.
picadores: torero que pica con garrocha a los toros montado a caballo.
dota (de dotar): otorga, da, entrega.
lidia: lucha, toreo.
acometidas: ataques, embestidas, golpes.
data (de datar): tener un origen, tener una fecha.
avituallamiento: aprovisionamiento, que sirve para tener alimentos.
albero: el ruedo, la arena.
cuaje (de cuajar) una faena: tener éxito en una corrida de toros, unir y trabar las partes de la corrida bien.
tauromaquia: el toreo, arte y técnica de lidiar toros o las normas de este arte.
novilladas: corrida donde se lidian novillos y en la que, generalmente, el lidiador no ha recibido todavía la alternativa.
astado: que tiene astas, con cuernos; toro.
res: toro.
embiste (de embestir): atacar con la cabeza.
estampitas: pequeñas imágenes religiosas.
santiguarse: hacer la señal de la cruz.
detractores: personas que están en contra.
recriminado: echar en cara, criticar.
desplegar: desarrollar, demostrar.
muletazos: movimiento con la muleta.
arropado: abrigado, protegido.
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