
¿Alguna vez te han ofrecido varias alternativas y todas te han parecido igual de buenas (o malas)? Cuando eso pasa, puedes decir las frases que normalmente aparecen en los manuales de español: «me da igual» o «no me importa». Son bastante neutrales y las puedes decir casi siempre. Casi.
Contexto formal
Técnicamente, en una reunión de trabajo no está bien mostrar indiferencia cuando nos presentan opciones. Es preferible elegir y argumentar. No es aceptable algo como:
En estos casos, si no puedes dar una respuesta, es más recomendable decir cosas como:

Contexto informal / familiar
Cuando estamos entre amigos, sin embargo, podemos expresar más libremente nuestra opinión (o falta de opinión). Según el contexto, expresaremos indiferencia o apatía (ninguna opción nos parece realmente interesante), o la idea de que cualquier opción nos parece buena. Veamos este diálogo entre dos amigas, Paula y Eva, que quieren hacer algo pero no saben qué.

Paula: ¿Hacemos algo esta tarde?
Eva: Vale. ¿Qué se te ocurre?
Paula: No sé, me da igual. ¿Y a ti?
Eva: Me la sopla, la verdad. ¿Vamos a tomar algo?
Paula: Vale. ¿Qué te apetece? ¿Dulce o salado?
Eva: Ni idea. ¿Y a ti?
Paula: Me la refanfinfla. ¿Una hamburguesa? ¿Un helado?
Eva: A mí me importa un comino, la verdad.
Paula: ¿Entonces? ¿No cenamos hoy? Qué mal ¿no?
Eva: Bah, me importa un bledo no cenar.
Paula: Contigo no se puede hacer ningún plan. Paso de quedar más.
Eva: Me importa una mierda lo que pienses.
Paula: Y a mí me la suda lo que digas.
Eva: Pues ya está. Si no me llamas más, me importa un cojón.
[Silencio.]
Paula: Oye ¿llamamos a Nadia?
Eva: Venga, vale.
Esta entrada ha sido resultado de la sugerencia propuesta por Yanina Pikulenko de la escuela La Paz.