Nostalgias de ex pasados
‘La chica de ayer’, Nacha Pop
Seguramente para el protagonista de esta canción fuera una de esas noches que mejor no recordar, aunque sin esfuerzo lo hizo y tarareó unas letras dedicadas a una misteriosa chica de cabellos como el sol.
Deambulando por las calles, por allá rondando ‘El Penta’ (El Pentagrama) bar de costumbre, el chico de esta historia probablemente llevara una cresta prominente, chupa de cuero y tejanos preferiblemente roídos, bien desgastados por el roce con el asfalto. Eran años de movida madrileña.
Este movimiento llamado de contracultura surge como respuesta a una época de represión, llena de clichés del pasado y de restricciones sin porqués. Entre la caída de una dictadura y el cambio de un régimen, la movida encontraría un terreno abonado para poderse desarrollar en su máxima expresión.
Así fue que desde la transición hasta entrados los 80 la sociedad española viviría una época de liberación cultural e ideológica.
‘La chica de ayer’ es una de esas canciones que todo español con una cierta madurez recuerda con nostalgia. Está considerada una entre las mejores del pop español y emblema como decimos de una época que marcó un antes y un después en el fenómeno creativo de la sociedad española.
Mucho cuero, pelos de colores, ropas rasgadas y plataformas; estas podrían haber sido las piezas de ropa encontradas en el armario de cualquier joven de la época. Era el momento de transgredir, la sociedad española volvía a tener derechos, recordaba y recuperaba su libertad de expresión y de pensamiento.
Ese deseo provocó, primero, en los madrileños y, luego, en el resto de España el sentimiento de hacer lo que a uno más se le antojara. Así que la movida se fue convirtiendo en la cuna de fiestas cada vez más alocadas y porqué no, nuevas maneras de beber, drogarse, moverse, vestirse, travestirse, crear, amar…
Por delante, una ardua tarea, un muro de tabús acumulados en al menos cuatro generaciones.
Así que probablemente el protagonista de ‘La chica de ayer’ esa noche habría hecho eco de esta máxima expresión poniéndose hasta arriba de alcohol y drogas, perplejo ante la chica de reflejos dorados.
Se trata en realidad de un tema nostálgico, de chicas del pasado, que uno recuerda precisamente en horas de barra de bar solitario. ‘La chica de ayer’ nació como una balada, en una tarde soleada de playa, cuando el cantante Antonio Vega estaba de servicio militar, en 1976 en la ciudad de Valencia.
Ese sería su primer tema y poco esperaba Antonio Vega y su banda Nacha Pop el acaparador éxito de esta canción que ha pasado a estar, para siempre, en todas las retinas de los no ya tan jóvenes españoles.
Nacha Pop se formó en 1978 con la recién nacida movida madrileña, el grupo lo integraron Antonio Vega, Nacho García Vega (guitarras y voces), Carlos Brooking (bajo) y Ñete (batería). Tuvo una década de vida en la que nos ofreció una magia que manaba entre los dos primos.
Desde su primer disco, publicado en 1980, tuvieron el apoyo del público, quizá porque en él se incluía ‘La chica de ayer’. Pero su técnica y su elegancia musical regalaron otras grandes composiciones como ‘Nadie puede parar’, ‘Grité una noche’, ‘Relojes en la oscuridad’, ‘El sueño’…
Hija del underground y de la contracultura de los 60 y 70 norteamericanos y europeos, esta cultura alternativa con denominación de origen iba tomando cuerpo en el país. Algunos de los culpable de la efervescencia de la capital española fueron, además de los ya mencionados, el grupo de música Mecano. Todavía hoy dan que hablar y en esa época sin saber muy bien dónde enmarcarse se auto-etiquetaron entonces como parte del estilo Techno-pop.
Engordando la movida otros grupos probaron suerte, con su particularidad expresión artística Kaka de Luxe, que pronto se convertiría en Alaska y los Pegamoides. Tema destacado de la época para quien quiera seguir aclimatándose, ‘Horror en el hipermercado’.
Su cantante Olvido Gara era la imagen inconfundible que hoy ha pasado a la historia como uno de los emblemas de ese fenómeno. Ella fue quien encabezó y sigue encabezando en gran parte el movimiento DragQueen, por eso es habitual verla en muchos eventos más allá de los que concierne a la música y a su grupo.
Animados a conocer más sobre esta época de revolución ideológica cultural, daros también algunos datos cinéfilos. Os sonará Pedro Almodóvar, que sepáis que el director también es hijo de esta cuna de jóvenes hedonistas. Algunos títulos iconos que no tienen pérdida son ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ o ‘Laberinto de pasiones’, algunas de sus primeras películas comerciales.
Y Fernando Trueba también aporta su contribución el apartado de la pantalla grande del movimiento con ‘Opera prima’.
Ahora ya hablando en voz propia no hay vez que pase por Malasaña, barrio de la capital española, y haya tenido la sensación de escuchar la canción mientras caminaba en solitario por sus calles, las mismas que recorrió su autor tantas veces, e incluso al pasar por la puerta de ‘El Penta’ no poder evitar esbozar una sonrisa de complicidad. Todos hemos tenido una chica o un chico de ayer.
Lo que nunca sabremos de este tema es si el protagonista, triste y solitario, acabaría teniendo un final feliz con la chica de ayer, esa noche o con suerte otra de tantas noches de movida. Probablemente, rompiendo con el tópico la chica seguiría encandilando con su pelo dorado a todo aquel que pasara a su vera y el protagonista seguiría empinando el codo u otras cosas por las calles madrileñas.
El tema sin duda, como ya hemos comentado, es una evocación abstracta a una antigua novia que debió dejar su huella en el protagonista y en muchos otros que la escuchábamos entonces y que seguimos escuchándola ahora.
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Vocabulario
tarareó (de tararear): hacer con la boca la melodía de una canción.
Deambulando: caminar sin dirección clara, ir sin destino.
prominente: que sale por encima, que destaca.
hasta entrados: hasta avanzados, hasta un momento ya muy adelantado.
emblema: símbolo, marca de algo, himno.
rasgadas: rotas, que está roto a lo largo.
transgredir: cruzar un límite, ir más allá de lo permitido.
antojara (de antojar): desear, apetecer.
acaparador: que acapara, que ocupa toda la atención sobre algo.
aclimatándose (de aclimatarse): adaptarse al clima, a una situación.
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