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¡¡Ah Chingao!! ¿Y eso con chingados qué se come? – ¡Ya ni la chingas! ¿No sabes?

“¡Los mexicanos somos bien chingones! ¡Nos gusta chingar y mandar a la chingada también!”

– Dicho popular

Si quieren visitar el país azteca es importante conocer esta palabra y dominar sus usos para que no se los lleve la chingada en un momento crucial. Pero ¿cómo chingados empiezo con esto? Bueno, lo primerísimo, es no tratar de encasillar esta palabra como un verbo o como sustantivo o como adjetivo o  adverbio, porque sus usos son tan amplios que se considera como cada uno de los anteriores. Esta palabra da un matiz a las conversaciones, les da sabor, fuerza, colorido y hasta gracia.

“Chingar” el verbo

En presente: Yo “Chingo”. Yo chingo es positivo, eso significa que soy “cabrón” con toda la extensión de la palabra (o cabrona…) que las cosas me salen bien y a mi modo, porque sé cómo hacerlas.

Chingar en pretérito indefinido, muchas veces se acompaña de “ya”, “¡¡ya chingué”!! Significa “ya la hice”. Un ejemplo, para mi último examen del semestre pasado, tenía que estudiar muchísimo sobre la historia de la economía, el profesor, que si era bien chingón (lo explicaré más adelante), se chingó a muchos que pasaron a la sesión oral antes que yo. Según me enteré, teníamos que tomar una tarjeta al azar, y ahí encontraríamos nuestras preguntas. Fácilmente te podía cargar la chingada porque el curso abarcaba demasiados detalles desde la fiebre bubónica hasta la actualidad en cada continente, o sea, ¿para qué tanto? ¡Chingada madre! Cuando llego mi turno, con nerviosismo interno pero demostrando “Chingonez” externa, tome mi tarjeta y me senté. Cuando la abrí y leí mis preguntas una sonrisa se asomó a mi cara mientras me decía a mí misma: ¡YA CHINGUÉ! Mis preguntas eran tan fáciles que ya en ese momento supe que pasaría. No es que fuera tan chingona en la materia, lo que paso fue que la suerte estuvo de mi lado ese día. En otra ocasión la pinche suerte se fue a pasear y mis preguntas sobre la historia de Japón fueron tan detalladas que cuando salí dije a toda voz: “Me chingaron y me llevo la chingada” nos vemos en el extra.

Veamos la segunda persona del singular: ¡¡tú chingas!! Generalmente la utilizamos en su forma negativa, decimos “No me estés chingando”, “Deja de estar chingando con eso”, “Como chingas güey”, por supuesto que el significado puede ir desde la broma hasta el enfurecimiento total, dependerá del tono que se use, más las circunstancias, etc. “Ya ni la chingas” es otra variante que se usa cuando una persona de plano se pasó de la raya con algo que hizo (sobrepaso el limite). “Ya deja de estar chingando Peludo”. Peludo es mi perro, cuando vivía en México siempre estaba pegado a mí, pero a veces me empalagaba su cariño, sobre todo si tenía que darme prisa para arreglarme y me tenía que fijar en no pisar al pinche peludo por accidente.

Tengo la fortuna, o a veces desgracia, de tener una hermana menor. Cuando ambas vivíamos en la misma casa era como si cada una viviera en su eterna discoteca, escuchábamos música desde que despertábamos hasta que nos íbamos a dormir: el problema era que ella en su habitación tenía su música a todo volumen y yo, claro, también. En ocasiones salíamos un momento en la tarde con algunos amigos, típico que mensajeas a alguien mientras haces las tareas y de pronto el coche de tus amigos esta allá afuera pitando para salir a dar la vuelta, comprar una michelada bien fría por ejemplo y regresar.

Pues un día, grité desde mi alcoba a mi hermana “¡Quita esa pinche canción triste porque me caga!” ¡Y nada! No había respuesta, a esa siguieron otras que de verdad me chocaban. 30 minutos más tarde no pude más y fui a su habitación: Casi me lleva la chingada cuando vi que mi querida hermanita no estaba. Había salido de casa, o sea, “en vano tanta tolerancia”. Cuando volvió mi expresión fue “¡Ya ni la chingas Fabiola!”.

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Chingar, como verbo puede significar también “robar”, “fregarse a alguien”, “tener relaciones sexuales”, etc. Por ejemplo:

– Fer engordó como cien quilos desde que trabaja en La Michoacana (una heladería muy famosa en todo México) vendiendo nieves.

– Pues sí, porque en lugar de venderlas se las chinga.

En este contexto significa que Fer se come las nieves gratis, que roba.

 

En el 2011 tuvimos los juegos panamericanos en México, en la ciudad de Guadalajara. Alberto, un amigo de la infancia se chingó a varios antes de ganarse su lugar en los Juegos Panamericanos; aunque después y muy a pesar de todos, una lesión se lo chingó a él poniendo fin a los Panamericanos antes de que siquiera iniciaran. Y hablando de los Juegos Panamericanos ¡la inauguración estuvo chingonsísima!

Mi hermana y yo crecimos rodeadas de niños, un montón de primos y por coincidencia también vecinos, por lo que por mucho tiempo tuvimos una relación muy chingona con los chicos, hasta… que nos llegó la edad de la punzada y se nos alboroto la hormona. Por un lado fue algo positivo para nosotras porque así pudimos conocer la mentalidad masculina con anticipación y sin tener que experimentar sus chingaderas en carne propia; pero por el otro, sus pláticas pronto nos aburrieron y los mandamos a la chingada. “¡¡Me la chingué!!” era frase que levantaba alboroto entre los amigos de quien la lanzaba al aire (obvio siempre un chico) y ¿qué significa? ¡Eso se lo dejo de tarea!

Chingón, el adjetivo

-¡Mi papá me compró entradas VIP para Armin!

-¡Qué chingón en serio güey! (¡uy sí! ¿cómo te crees pendeja?).

Eso significa ¡qué padre! que fregón! O como dirían en España: qué “guay”.

-Se cree muy chingona porque su papi le compro entradas VIP, pero se va a chingar cuando vea que el VIP no ofrece la vista más chingona!

El reguetón tiene ritmos chingones para bailar bien chingón! Si tienes ritmo y coordinación de la cintura para abajo ya chingaste. ¡A bailar cabrones! Aunque sea en casa, aunque sea en los raves improvisados en los jardines de los amigos con el Dj que es primo del amigo de tu vecino, porque con eso de que se chingaron a tantos en las discotecas, desde las más rascuachas hasta las más “nice”, mejor es no buscarle tres patas al gato porque de plano tiene cuatro y no correr riesgos. Ahora que si van a traer chingaderas a la fiesta, mejor que sea muy por debajo de la mesa y alguien bien chingón en el asunto que no ande metido en tantos pedos (lo de los pedos lo veremos en otra ocasión).

 Para concluir, ahora vamos al título “¡Qué chingón!, me lo chingué” Resulta que después de una pinche fiestecilla, para nada chingona, dos de mis amigas se acercaron y me dijeron esa misma frase, sólo que una estaba feliz con el chico con el que apenas salía, y la otra justo lo acababa de mandar a la chingada.

“Chinga tu madre cabrón” ¿te crees muy chingón? Pues no lo eres, no te quiero volver a ver en mi vida pendejo… (Esto después de haberlo encontrado con otra…).

No se necesitan circunstancias tan fuertes como para mentársela a alguien (mencionar la mama de alguien). Digamos que hay un tráfico de la chingada, pero por fin llegó tu turno de rodear la glorieta y en eso otro coche, que no sabes de donde salió, se te adelanta, tú vas tarde y poco te falta para explotar, así que con tu claxon dices: tututututu-tutu… Eso significa “Chin-ga-tu-ma-dre-ca-brón”.

¡Y colorín colorado este pinche cuento se ha acabado!

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