
Además de la obvia atracción, del “me siento atraído por lo exótico” que sucede a menudo entre extranjeros, y también del gran enriquecimiento que ellos se dan mutuamente ampliando sus horizontes y compartiendo experiencias de vida a veces tan distintas, hay algunos aspectos sobre los que es necesario deliberar antes de atar un nudo con su novio/a extranjero/a.
Sí, ¡no es para todo el mundo! Ya sólo la logística de la ubicación de boda es bastante problemática, pero además de eso, uno tiene que ser de mente abierta y tener paciencia para soportar ese tipo de aventura de amor internacional…. En primer lugar, hay que (por lo menos uno de ustedes) hablar por lo menos un idioma en común. En segundo lugar hay que tener suficiente fuerza para enfrentar los siguientes peligros…
Por ejemplo… En un momento u otro te verás obligado a probar algún tipo de condimento culinario rarísimo, hecho de ingredientes que ni siquiera quieres que identifiquen. Luego, no tendrás otra salida sino alabar abundantemente el plato, mientras estás siendo observado con mucha atención por todo el clan de tus suegros y quién sabe qué otros integrantes de tu nueva e inquisidora familia.
Cuantos de ustedes a veces no habrán tenido que controlar a duras penas su sed de sangre al oír “¿Por qué tu gente siempre…?”.
Puedes maldecir libremente en tu lengua nativa. Sí, hasta cuando tu esposo/a tome una nueva afición, es decir, el curso de idioma nivel A1 – el básico de, por ejemplo, polaco. Upss, ahí se va tu encanto de dama tan fina.
En muchas ocasiones uno de los dos no será capaz de comunicarse con amigos/familiares sin la ayuda de los servicios de interpretación/traducción de su cónyuge. En algunos momentos tú o él tendrán que escapar para descansar su cerebro exasperado con la sobrecarga del trabajo, tendrás que molestar a cualquier otra persona bilingüe a tu alcance o acabarás aterrorizando a tu alrededor con mucha gesticulación totalmente ininteligible.

Habrá muchísimo viajar involucrado en tu vida. MUCHÍSIMO. Quiero decir, ¿quien tiene el tiempo y la energía para empacar y desempacar una interminable línea de maletas, más aún sin recordar en qué país se encuentra la mitad de sus pertenencias?
Burocracia. Burocracia. Burocracia. Y MÁS burocracia.
Chistes de visa. Chistes de tarjeta verde. Chistes de la Residencia en la Unión Europea. Chistes de deportación. Chistes de inmigración. Y así sucesivamente.
Tu cónyuge nunca comprenderá esa película vieja que a tu familia le encanta tanto. Y te cansarás de repetir “oh, eso no se traduce” una y otra vez.
Tu cónyuge a veces (a menudo) sospecha (supone) que eres una Wikipedia andante de tu país; con su economía, historia, geografía, gastronomía, cultura, flora, fauna, celebridades, conflictos, PIB, PIB per cápita, literatura, cine, fecha de unirse a la OTAN, su política exterior, su postura sobre el aborto, la eutanasia y/o la adopción a larga distancia. Y, posiblemente de todo ello también sobre todo el continente.
Tu cónyuge puede ocasionalmente volverte loco o tú a él, hablando en sueños (obviamente NO en una lengua que se comprenda).
Interesante nota sociológica: tu cónyuge sin duda ninguna va a hablar una considerable cantidad MENOS o una considerable cantidad MÁS de a lo que se está acostumbrado en mujeres/hombres.
Y los niños, por ejemplo, ellos tienden a hablar mucho. Bueno, demasiado. DEFINITIVAMENTE demasiado. Sus hijos internacionales e interculturales también hablarán mucho. Pero dos veces. Primero en un idioma y después en el otro. O tal vez incluso en un tercero en caso de que vivan en un “terreno neutral”.
Y hablando de los niños, todo el mundo va a molestar preguntando sobre cuándo finalmente ustedes van a tener uno, sólo para ver con que “look” saldrá.

Los hombres y las mujeres ya tienen suficientes diferencias. Añada unas sustanciales disparidades ideológicas, todas las manifestaciones de choques culturales, pero ocurrentes en tu propia casa en el transcurrir de la vida diaria y obtendrás la imagen de como corren la relaciones internacionales. Es decir, son algo parecido a una sesión plenaria de las Naciones Unidas … Y eso es un…
¡CAOS!
Pero dicho esto, es bueno (y tranquilizante) saber que en el caso hipotético (así lo esperamos, de todo corazón) de una Tercera Guerra Mundial, habría dos opciones diferentes de ubicación buenas para esconderse. Yay. ¡Tomen eso, parejas aburridas de solo una misma y triste nacionalidad!
Publicado originalmente en: Excusemyspanglish.
Preguntas de comprensión
Entrada publicada originalmente el 16 de abril de 2014. Revisada y actualizada el 14 de junio de 2021.
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