Dorar la píldora?
El humanista Antonio de Nebrija ya registraba en el s. XV la costumbre de los boticarios de cubrir con pan de plata u oro las pequeñas bolitas de medicamento. También solían añadirles azúcar para contrarrestar el sabor desagradable de sus componentes. Un siglo más tarde, ya se utilizaba la expresión en el sentido figurado de utilizar argucias para agradar.
Fuente: Quo.es