Llevarse el gato al agua?
La frase que ahora utilizamos cuando alguien se sale con la suya nació de un juego infantil. Consistía en tirar de dos extremos de una cuerda, colocada sobre una viga o cercana a un charco. En el primer caso, el vencedor es el que consigue levantar al oponente del suelo. En el segundo gana quien logra que el otro termine lo más mojado posible, a pesar de haberse defendido como felino panza arriba.
Fuente: Quo.es