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No hay mayor placer que volver a tierras mexicanas y visitar su pasado y su presente. Hoy nos queremos acercar al estado de Veracruz.

En este estado encontramos la primera ciudad fundada en América por europeos y la ciudad que fue la  puerta a la conquista de México, hablamos de la Villa de la Vera Cruz. La ciudad fue fundada por el conquistador extremeño Hernán Cortés en el siglo XVI. Pero de eso hace ya mucho tiempo y la ciudad se abre al mar y vive a través de su puerto. Aunque no sólo en esta región debemos quedarnos con la villa, hay que recorrer el estado mexicano por una de las rutas principales, la que eligió el extremeño y que le llevó hasta la gran ciudad azteca gobernada por Moctezuma, Tenochtitlán.

Hagamos una serie de paradas en nuestro recorrido, empezamos:

  • Veracruz
Caminar por las calles de Veracruz no es sólo mar, también es un viaje a la historia. Su pasado colonial está presente en cada rincón y transforma al viajero en un testigo de lo que ocurrió siglos atrás. Una prueba de ello son el Palacio Municipal y la Catedral Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVII, mientras que el ruido de la actualidad ensordece y atonta un poco al visitante devolviéndolo de inmediato al México más ruidoso y moderno.
  • La Antigua
A 28 kilómetros de Veracruz, esta localidad fue elegida en 1525 por Cortés para trasladar el poblado original por el clima y los mosquitos que asolaban el primer lugar elegido para la Villa Rica de la Vera Cruz. A orillas del río Hutzilapan, construyó el lugar que servía para la administración pública; su casa, hecha con piedra del río y arrecife de coral; y la capilla, supuestamente solicitada por su amante.
Pero aparte de su belleza, en La Antigua lo que enamora es su río, en el que se puede pescar, nadar, navegar o simplemente disfrutar de sus vistas mientras se degustan unos camarones enchipotlados, uno de los platos más conocidos del lugar.
  • Cempoala

Seis años antes de que Cortés eligiera La Antigua como lugar de residencia, se encontró por primera vez y a pocos kilómetros Cempoala, principal ciudad de los indios totonacas. Obligados a pagar importantes «impuestos» a los aztecas, fueron los primeros aliados que encontró Cortés para la conquista de la capital del imperio.

Visitar lo que queda de Cempoala es adentrarse en las negociaciones con el Cacique gordo, como llamaron los españoles al líder de la ciudad, en la Malinche al lado de Cortés, en los sacrificios humanos que se celebraban allí y en su ritual de los voladores.

  • Hombres pájaro
Hasta hoy dura esta tradición en la que cinco hombres suben a un palo de más de 15 metros de altura, y mientras uno de ellos canta y baila sobre la plataforma que hay en lo más alto, los otros se tiran dando vueltas con las piernas atadas a una cuerda y formando círculos durante el descenso.
Un lugar para disfrutar de estos hombres pájaro es Papantla, localidad que además es gran cultivadora de vainilla y conocida por ese olor.
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  • El Tajín
A pocos kilómetros de Papantla se encuentra de uno de los lugares arqueológicos más espectaculares de México: la población prehispánica El Tajín. La ciudad del dios Trueno fue el centro político y religioso más importante de los totonacas. El recinto es sobrecogedor, no sólo porque las construcciones transporten a una época en la que los juegos ceremoniales acababan en sacrificios humanos, sino por la precisión arquitectónica que revelan edificaciones como la pirámide de los Nichos.
Por el lugar en el que está emplazada la ciudad, es mejor visitarla a primera hora y esquivar el calor insoportable del mediodía.
  • Festivales y folclore
El equinoccio de primavera da el pistoletazo de salida al festival de la Identidad Cumbre Tajín, uno de los eventos culturales más destacados de Veracruz. La danza, los rituales y la artesanía étnica se encuentran en esta cita anual que da a conocer sus tradiciones. Pero el carnaval es otra prueba de la fiesta, folclore y color que identifican la región.
Desde las sonrisas que adornan las esculturas totonacas de los siglos pasados hasta la hospitalidad que derrochan sus gentes, Veracruz deja su un gran recuerdo en aquellos que se sumergen en sus tradiciones, su gastronomía, su música y su historia.
  • Xalapa
Para volver al México actual, podéis visitar la capital del estado, Xalapa. Llamada la Atenas veracruzana, es ciudad universitaria y cultural. Sus calles son reflejo de esa vida intelectual, donde cualquier café se convierte en un museo improvisado o un restaurante en el escenario de un concierto.
Xalapa no es sólo juventud y modernidad, su Museo Antropológico (el segundo más importante de México) guarda valiosas colecciones totonacas, huastecas y olmecas.
  • Pueblos mágicos
Saliendo con destino a Córdoba, el visitante tiene una parada obligada en los pueblos mágicos. Unos, como Coatepec, por sus cafetales, otros, como Xico, por su arquitectura de colores, y alguno más, como Jalcomulco, por su entorno natural.
Ya en Córdoba, la plaza ofrece un refugio para tomar un café o un helado.
Fuente: www.elmundo.es
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