
El cómic es un arte. Ya sea a través de superhéroes musculosos o de historias más íntimas y minimalistas, seguro que en tu vida te has cruzado varias veces con el arte del tebeo. Aficionado/a o no, has visto cómo una historia se repartía en viñetas cargadas de ritmo. Detrás de esas viñetas están los ilustradores, dando forma a las palabras que el guionista les ha dado.
Lápiz y papel son dos cosas que conoces bien. Los utilizas para escribir o hacer garabatos mientras te aburres. Pero hay mucha gente que vive de eso. Esa gente es la gran familia de los ilustradores y por todo el mundo hay muchos autores españoles o latinoamericanos con los que seguro que has cruzado tu mirada por sus dibujos.
La lista de nombres es larga y hoy no hablaremos de todos ellos, pero con el tiempo os presentaremos a todos los que podamos: Juanjo Guarnido, Carlos Pacheco, Carlos Ezquerra, Juanjo Guarnido, Ken Niimura, Kenny Ruiz, Guillem March, Marcos Martín, Pasqual Ferry, Salvador Larroca, Kano, David Aja, Jesus Merino, Ángel Unzueta, Pere Perez, Ramon Bachs, Javier Pina, Julian López, Fernando Dagnino, Raul Fernandez, Jesus Saiz, Rafa Sandoval, Mauel Garcia, Francis Portela, Fernando Blanco, Vicenc Villagrasa, David Baldeon, Azpiri, Hugo Petrus, Daniel Acuña, Salva Espin, Marcos Martin, Enma Rios, Pepe Larraz, Mikel Janin… y aún más.

Ana Miralles
Hoy vamos a centrarnos en una representante de la minoría femenina en el panorama de la ilustración internacional. Ana Miralles (Madrid, 1959) inició su trayectoria con el boom del cómic para adultos en los años 80 en España publicando en revistas como Madriz y Cairo para continuar en la década de los 90 con dos trilogías: Eva Medusa (con el guionista Antonio Segura) y otra en la que adapta la novela En busca del unicornio de Juan Eslava Galán, compuesta por: La herida y el bálsamo (1997), Los herreros blancos (1998) y Finis Africae (1999).
Con el 2000 llegaría la internacionalidad. La serie Djinn, realizada junto al guionista Jean Dufaux y publicada por la editorial francesa Dargaud ha llegado a 10 tomos (que Norma editorial publica en España). Y es que en esta serie nos encontramos con dos historias: la de una nieta moderna en busca de información sobre el pasado de su abuela Jade, la favorita de un sultán allá a principios de siglo XX; y la confabulación en que participó su antepasada, en un peligroso juego político entre Turquía, Alemania y Gran Bretaña. Habrá lugar también para un peligroso capo de la mafia local, encaprichado de la protagonista. Él también ansía conocer el pasado de Jade, pero por otros motivos: hay un tesoro perdido en la trama, amasado por el sultán Murati, destinado a ayudar a Alemania poco antes de la primera Guerra Mundial.
El dibujo de Miralles es clásico, realista, con gran cantidad y variedad de detalles y estilo elegante. Y, por supuesto, la presencia femenina que en sus viñetas desprende sensualidad.
En los últimos años ha desarrollado la serie Muraqqa, donde se narra la vida de una muchacha, Priti, que acude al harén del emperador mogol Jahangir para ilustrar lo que sucede en palacio.
Y que siga con más proyectos premios.
En este vídeo podéis ver cómo trabaja.